LA VANGUARDIA Togas – 31/06/06

Afortunadamente el arte fotográfico ha ido superando antiguos recelos y ha entrado en nuestros museos, habiendo conseguido el reconocimiento como ARTE en mayúsculas que se merece.

Sin embargo, existen aún distintos escollos a la hora de reconocer la debida protección que merecen las creaciones de nuestros fotógrafos.

A pesar de que nuestra Ley de Propiedad Intelectual otorga a las obras fotográficas el mismo nivel de protección que a una obra pictórica o literaria, en la práctica diaria, nuestros creadores fotográficos encuentran grandes dificultades para ver reconocidos los derechos que ostentan sobre sus obras.

En efecto, sigue estando muy extendida la creencia de que, cuando compramos una fotografía adquirimos los derechos existentes sobre la misma, y no es así: en el momento de hacer el encargo de un reportaje fotográfico o de adquirir una obra fotográfica concreta, tenemos que tener en cuenta que sólo estamos adquiriendo la copia  de esa fotografía, pero no los derechos a exhibirla, o a hacer copias de la misma y/o a distribuir dichas copias.

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